La caries dental es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia. Se trata de una disbiosis (pérdida o modificación de bacterias habituales) producida por el consumo de azúcares y se caracteriza por la destrucción de tejidos duros dentarios.
Siendo la caries una enfermedad potencialmente prevenible, llama la atención que en nuestro día a día vemos niños con caries constantemente. Por ello el tema de hoy; vamos a prevenirlas.
La causa de las caries es multifactorial, pero la causa principal es la higiene y el consumo de azúcares. A continuación exponemos los diferentes FACTORES DE RIESGO y cómo prevenirlos:
La insuficiente higiene oral.
Bien, comencemos entonces con ella. Ya desde bien chiquititos, hablo de lactantes, es importantísimo realizar la limpieza de la boca, pues mientras más temprano se inicie la higiene oral, menor será las posibilidades de que el niño desarrolle caries. Por tanto, limpieza de las encías desde el nacimiento una vez al día aunque el bebé no tenga dientes. ¿Cómo? Con una gasita húmeda, un pañito limpio humedecido en agua o un dedal de silicona para limpiarle las encías, lengua e interior de las mejillas y el paladar.
Una vez erupcionado el primer diente o en su defecto al llegar al año de vida, es un buen momento para ir a tu odontopediatra. El principal motivo; la prevención.
Desde el primer diente hasta los 3 años habrá que limpiarlos dos veces al día con cepillo dental adaptado a su boca, y esta vez añadirle pasta dental de 1000 ppm de flúor, de tamaño como un grano de arroz. A partir de los 3 años, pasta dental con flúor de entre 1000-1450 ppm, del tamaño de un guisante. Y a partir de los 6 años, pasta dental con 1450 ppm de flúor y lo equivalente al tamaño de un guisante.
Siempre supervisar el cepillado de vuestros hijos. Podéis dejarles que jueguen durante un minuto y después es el adulto quien repasará el cepillado. ¿Hasta cuándo? Pues hasta que el niño adquiera la habilidad motora adecuada, alrededor de los 8 años.
Biberón o lactancia materna. Como he citado anteriormente, los azúcares aumentan el riesgo de caries, y la leche contiene lactosa, un azúcar. Evidentemente el alimento del lactante es fundamentalmente la lactancia materna o la leche de fórmula, está claro. A partir de los 12 meses de edad puede suponer un aumento de riesgo en la aparición de caries frente a los que sólo lo hacen hasta los 12 meses según un estudio en 2017 en Acad.Pediatrics. ¿La solución? ¿Dejar la LM? NO, ser más cuidadosos con la higiene, comentada anteriormente.
Consumo frecuente de hidratos de carbono fermentables (azúcares que se rompen fácilmente en el sistema digestivo).
Por tanto, evitar azúcares refinados en los dos primeros años de vida, cuando el niño es más susceptible de que esas bacterias actúen.
Los azúcares ocultos o alimentos azucarados están presentes en los zumos industriales, bollería industrial, pan de molde, yogures líquidos, snacks dulces o salados, refrescos…
Intentar evitar la alimentación nocturna (biberón o pecho) a partir del año de vida y en su defecto, higiene bucal tras ella.
Evitar el uso del biberón con alimentos que no sean agua.
Nunca mojar el chupete en líquidos azucarados, azúcar o miel.
Por favor, no usar de forma indiscriminada glucosa para calmar a los bebés, no les hacéis ningún bien.
Colonización oral bacteriana precoz: Los niños adquieren las bacterias cariogénicas de manera vertical de la saliva de su padres o cuidadores, así que ¡Ojo! :
No compartir utensilios con el bebé (sobretodo en los primeros 2 años)
No limpiar el chupete con saliva cuando este se ensucie.
No enfriar la comida soplando directamente sobre la cuchara del bebé, ni le den besos en la boca, ni los hermanitos, ni los papás.
Historia anterior de caries. Aquí poco que prevenir, pues no podemos cambiar el pasado pero si mejorar el futuro.
Por lo tanto, la mejor prevención de las caries es la higiene bucodental desde el nacimiento, evitar picoteos con alimentos ricos en azúcares y revisiones periódicas con tu odontopediatra que es quién mejor te va a asesorar.
¡A por unos dientes sanos y felices!