Muchos os preguntáis si los niños comen menos en verano, y mi respuesta es, no se puede generalizar. Habrá de todo. Hay niños que durante el invierno son más sedentarios y en verano están más activos con actividades, y al revés. Y en función de esa actividad y el calor también cambiará el apetito. Pues bien, lo importante no es si comen más o menos sino la variedad de los alimentos que se toman. Pueden tener menos apetito en verano porque el calor les hace que tengan más ganas de beber que de comer, así que aceptarán mejor alimentos fresquitos.
Aprovechad para darles frutas de temporada, zumos o batidos naturales (ojo con los industriales, pueden aumentar su ingesta en verano y recordad que tienen gran contenido de azúcares). Ensaladas con frutas, con verduras o con legumbres. No olvidéis respetar las comidas, sigue siendo importante el desayuno y la merienda en verano. Se trata de adaptar un pelín la alimentación al calor. Y porqué no, una tarde de juego preparando polos de frutas naturales.