Sol cremas
mayo 10, 2020

Fotoprotectores solares: ¿Cuándo comprar? ¿En qué me tengo que fijar? ¿Qué tipos hay?

Ahora que ha llegado el calor, me he puesto al día en ello para poder contaros lo que hay y lo que realmente tiene evidencia científica, porque NO “todo vale” (OJO! https://www.ocu.org/salud/cuidado-piel/noticias/solares-spf-50 )

El motivo de escribir este post fue por la sorpresa que me llevé al ver quemaduras repetidas en mis queridas sobrinas tras la aplicación de protector solar. Dicho protector especificaba en su bote 100% natural, FPS 50, UVA y UVB y para bebés.

La exposición solar nos proporciona muchos beneficios necesarios para la salud, como la absorción de vitamina D, y bienestar físico y mental entre otras cosas. Pero no olvidemos que será necesaria una protección para evitar los efectos secundarios que podrían derivar de esta exposición (quemaduras, envejecimiento prematuro, cáncer…).

El sol emite diferentes tipos de radiaciones:

  • Rayos ultravioleta A (UVA): penetran en las capas más profundas de la piel y son las responsables del envejecimiento prematuro y del cáncer.
  • Rayos ultravioleta B (UVB): se quedan en las capas más superficiales y también provocan las quemaduras solares y el cáncer de piel.
  • Rayos infrarrojos, relacionados con la temperatura.
  • Luz visible.

¿CUÁL ELEGIR? ¿En qué me tengo que fijar?

Primero vamos a ver los tipos de protección que hay:

Físicos (inorgánicos): Actúan creando una barrera en la piel y reflejando la luz solar impidiendo que penetren. Pueden contener dióxido de zinc, óxido de titanio, carbonato cálcico (mica) y compuestos de magnesio.

Químicos (orgánicos): absorben la radiación ultravioleta y la convierten en otra sustancia no dañina. Suelen usar derivados de PABA, salicilatos, cinamatos, benzofenonas, benzimidazoles, antralinatos y derivados terpénicos. En algunos niños puede producir reacción en la piel (dermatitis) por contener sustancias químicas.

Biológicos: tienen compuestos antioxidantes que contrarrestan los daños que se causan las radiaciones sobre las células de la piel. Suelen contener Vitamina A y E.

Mixtos: combinan los anteriores por lo que protege de varias formas. Son los ideales.

Según la evidencia científica y último publicado sobre protectores solares (noviembre de 2019) la FDA (U.S Food and Drug Administration) clasifica en tres categorías los filtros solares:

  1. Categoría I (GRASE= generally recognized as safe and effective) Aquellos probados en su seguridad y eficacia, que serían ÓXIDO DE ZINC Y ÓXIDO DE TITANIO.
  2. Categoria II (No GRASE): No efectivo ni eficaz, como toleramine , salicylate, para- aminobenoic acid.
  3. Categoría III (Insuficiente seguridad para determinar GRASE status): Y aquí un cajón desastre como: cinoxate, dioxibenzone, ensulizole, homosalate, meradimate, octinoxate, octisalate, octocrylene, padimate O, sulisobenzone, oxybenzone y avobenzone.

Evidentemente no os tenéis que saber esto, pero si dudáis sobre un producto, que podáis consultar si lo que contiene es fiable o no.

Por tanto… ¿en qué componentes nos tendremos que fijar para fiarnos del producto?

Deberéis mirar siempre la composición del producto. Aquellos que contengan OXIDO DE ZINC O DE TITANIO (demostrado mayor efectividad) serán los elegidos, además, como son filtros físicos, serán ideales para niños por no ser irritantes para la piel. Y si combina distintos tipos de filtros (químicos y biológicos), mucho mejor porque protegerá de diferentes maneras.

Deberá indicar en la etiqueta que protege frente UVA y UVB para que protejan frente al cáncer de piel (producido principalmente por los UVB).

¿Y el Factor de protección solar (FPS)?

Este viene indicado con un número. Nos informa sobre la protección frente a UVB. Nos indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa de la piel frente al enrojecimiento cutáneo previo a la quemadura. Por ejemplo, un FPS de 15, quiere decir que si una persona tarda unos 5 minutos de exposición al sol para que su piel se ponga roja, si se aplica este tendrán que pasar 75 min (5 min. x 15 del FPS) de exposición solar para que se produzca el mismo enrojecimiento.

El sistema COLIPA es el método europeo usado para unificar la medición del FPS y con este sistema, los filtros se clasificarían en:

  • Protección baja: 2-4-6
  • Protección media: 8-10-12
  • Protección alta: 15-20-25
  • Protección muy alta: 30-40-50
  • Protección ultra: 50+ (lo máximo que hay)

Os tendréis que fijar si especifica el FPS que tiene y si éste ha sido clasificado con el método COLIPA, que nos dará más garantías.

¿Qué número de FPS elegir?

Bien es cierto que la fotoprotección ideal (FPS) dependerá del tipo del piel y factores ambientales como altitud, contacto con agua y superficies reflectantes del entorno (agua, arena y nieve). Pero, desde luego, que en las primeras exposiciones hasta que la piel se broncee, en niños, recomiendo siempre FPS50, después podrás poner FPS más baja, pero evitar menor de 30. De esta manera nunca te equivocarás.

 En cuanto a la textura (aceite, gel, emulsión, crema…): a mayor densidad mayor penetración y permanencia por lo que no será necesario repetir aplicaciones tan frecuentes.

¿Water-ressistan y waterproof es lo mismo? No, ambos tienen que ver con el agua, pero se diferencian en el tiempo. El FPS Water-ressistant (“resistente al agua”) actúa manteniendo su efecto después de 40 min. dentro del agua, y Waterproof (“probado en agua”) durante más de 80 min. tras entrar en contacto con el agua. Aún así, es conveniente tras el baño y secarse volver a aplicarse de nuevo el FPS, pues todos pierden eficacia tras un tiempo de baño y/o sudor.

¿Cómo aplicar el protector solar?

  • Se deberá aplicar unos 15-30 min previo a la exposición solar.
  • Ser generosos con el producto y extenderlo por todas las zonas expuestas. Acordaos de los empeines, orejas, cuello… que, a veces, se nos olvida.
  • Aplicar también protector labial con FPS.
  • Aplicar nuevamente cada dos horas y siempre tras el baño. Aunque esto varía en función del grado de FPS, hora del día, tipo de piel y contacto con el agua o sudor.
  • En bebés menores de 6 meses NO es recomendable su aplicación. No deben exponerse directamente al sol y SÍ usar MEDIDAS FÍSICAS (ropa, sombrilla, gorrito…). Aunque si la exposición es inevitable se podrían usar (valoramos riesgo-beneficio).

ADVERTENCIAS Y PRECAUCIONES:

  • Evitar exposición solar entre las 12 y las 16 horas, momento en el que la intensidad de radiación es máxima.
  • Usar los protectores solares incluso en días nublados o a la sombra.
  • El agua, la hierba, la arena y la nieve reflejan los rayos solares, aumentando los efectos de las radiaciones sobre la piel, por lo que hay que usar FPS más alta.
  • Evitar largas exposiciones al sol y no dormirse al sol.
  • Procurar no utilizar colonias, desodorantes u otros cosméticos en la exposición solar, pueden producir manchas.
  • Protegeos la cabeza con un sombrero, la piel con ropa fresquita y gafas de sol.
  • Si estás tomando algún medicamento, asegúrate si la exposición solar es segura.
  • Beber agua con frecuencia para evitar deshidratación.
  • Recordad aplicar Aftersun tras la exposición prolongada: hidrata la piel, calma y puede atenuar los daños causados por la radiación solar (a diferencia de una crema hidratante normal) y mantener el bronceado.
  • NO utilizar fotoprotectores abiertos del año anterior.

A modo de interés, os dejo el link del último estudio de la OCU sobre los protectores solares analizados en 2019 (https://www.ocu.org/salud/cuidado-piel/test/cremas-solares/results).

Y ahora, ¡Que disfrutéis de vuestros baños y paseos veraniegos con seguridad y protección!