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abril 16, 2019

Alimentación Complementaria

El alimento por excelencia del lactante en sus primeros 6 meses es la lactancia materna. En su defecto será la fórmula de inicio o de tipo 1, que irá aumentando las cantidades en función del apetito y necesidades del bebé (proporción: 1 cacito de FI por cada 30 ml de agua). A partir de los 6 meses, los bebes lactados con fórmula artificial cambiarán a la fórmula de continuación o tipo 2.

La alimentación complementaria o Beikost comenzará no antes de los 4 meses ni después de los 6 meses, individualizando en función de la evolución del niño, las preferencias de los padres y el entorno. La razón por la que se comienza alrededor de esa edad tiene que ver con el momento en que las funciones renal y gastointestinal están suficientemente maduras para absorber y metabolizar los alimentos distintos a la leche, pero también porque se alcanza un determinado desarrollo neurológico.

La alimentación complementaria no es una fórmula matemática e inamovible, sino que es algo completamente variable e igualmente válido. Lo importante es que la introducción se haga de manera GRADUAL para comprobar la tolerancia. Lo que se aconseja es NO introducir a la vez más de un tipo de alimento (por ejemplo, verduras y frutas) y mantener un periodo prudente de observación entre un grupo y otro (de entre 4 días- 2 semanas por ejemplo).

Habitualmente se sigue un orden en la introducción de alimentos, pero ya digo que es variable. Solo habrá algunas excepciones que comentaré más adelante.

PROPUESTA DE ALIMENTACIÓN:

Si está con lactancia materna exclusiva, no será necesario introducir ningún alimento hasta el 6º mes, momento en el cual el niño necesita complementar con otros alimentos ricos en hierro, como el cereal o la carne.

Los cereales los introduciremos entre los 4 y 6 meses. Podemos introducir primero los cereales sin gluten y después con gluten (aun que si has empezado a los 6 meses puedes introducirle el gluten sin problemas desde el inicio). Otra manera de introducirlos es con el pan, galletas, arroz, avena.. y además es una forma mucho mas natural y sin contener aditivos ni azúcares añadidos.

Después la papilla de fruta (inicialmente por ejemplo: media pera, medio plátano, media manzana), poco a poco añadir nuevas frutas e ir cambiando para que el bebé se acostumbre a distintos sabores.

Después papilla salada (alrededor de los 6-7 meses) iniciando primero con la verdura solo durante unos días y después se le añadirá la carne (pollo, más adelante alternar con el pavo, ternera, cordero y la última carne en añadir el cerdo). La cantidad de carne inicialmente será unos 20-15 gr/día. Se recomienda la adición de una cucharada de aceite de oliva virgen en la papilla.

Alrededor de los 7-9 meses introduciremos el pescado, primero el blanco, cuya digestibilidad es mejor debido a su menor contenido de grasa, y después el azul (siempre pescados pequeños como las sardinas, la caballa o los salmonetes por contener menos mercurio).

Las legumbres, alrededor de los 9-12 meses, se pueden introducir añadidas a las verduras. Se puede iniciar por los guisantes o las lentejas que son más suaves. Se recomienda ofrecerlas sin piel al inicio por ser mejor digeribles y 1-2 veces por semana.

El huevo se puede introducir entre los 8-10 meses. Se recomienda comenzar primero con la yema cocida (se puede añadir en el puré), y una vez que se compruebe una adecuada tolerancia, administrar la clara, también cocida.

La leche de vaca (LV) se puede introducir en cantidades pequeñas en forma de yogur inicialmente a partir de los 8-10 meses, y a partir del año LV entera normal o bien fortificada (leche junior o de crecimiento) que podrá tomar hasta los 2 años.

Aunque cada niño tiene unas necesidades energéticas diferentes, de forma orientativa, la cantidad de papilla que pueden precisar hasta los 8-9 m hasta 150gr y de 200-220gr hasta cumplir el año.

Consideraciones a tener en cuenta:

– Ofrecer agua entre tomas una vez iniciada la alimentación complementaria, antes no es necesario.

– Las verduras de hoja verde (espinacas, acelgas, lechuga y remolacha) se introducirán a partir del año de vida por asociarse a un mayor riesgo de metahemoglobinemia por su alto contenido en nitratos.

– Conservar el puré de verduras en el frigorífico (no a temperatura ambiente) si se van a consumir en el mismo día, y si no, congelar.

– Yogures y quesos: Se pueden ofrecer en pequeñas cantidades a partir de los 6-9 meses (yogur fabricado con leche de continuación o yogures con bífidus o lactobacillus). Por ej. medio yogur añadido a la papilla de frutas o queso tierno en alguna papilla de carne o pescado.

– El pescado azul de gran tamaño (bonito, atún rojo, pez espada, lucio, tiburón) se desaconseja su consumo hasta los 3 años de vida por su alto contenido en mercurio.

– Azúcar: No se recomienda añadir azúcar a las comidas, puesto que contribuye a la aparición de caries y de obesidad, ofreciendo un sabor que acostumbra al lactante. Se deben evitar las bebidas azucaradas tipos zumos o infusiones.

– La miel natural no se recomienda administrarla antes de los 12 meses de vida.

– La sal: No se recomienda la adición de sal en las comidas de los niños por el riesgo aumentado de Hipertensión arterial en el futuro. Por ello, deberían evitarse los alimentos muy salados como vegetales en conserva, carnes curadas, pastillas de caldo y sopas en polvo.

– Las vísceras (hígado, sesos, etc.) no ofrecen ninguna ventaja sobre la carne magra y, en cambio, suponen un riesgo de parásitos, tóxicos y hormonas y aportan una excesiva cantidad de grasas y colesterol para un lactante.

– Té de hinojo no se recomienda hasta los 4 años por falta de datos en su seguridad.

– Ejemplo de comidas en el día:

Desayuno: Biberón o pecho o papilla de leche con cereales,

Comida: papilla de carne/pescado/huevo con verduras,

Merienda: papilla de fruta (trozos de fruta inicialmente con maya por mayor seguridad),

Cena: LM o leche con/sin cereales.

La Lactancia materna siempre que la madre quiera y pueda, es prioritaria con respecto a las papillas de cereales. Hasta los 11-12 meses, se recomienda que la cena esté compuesta por leche.

– Si un niño en un momento determinado no quiere comer (sobre todo si está enfermo), no se le debe forzar. Asegurar en ese caso un aporte de líquidos adecuado y volver a ofrecer más adelante. Si un niño rechaza repetidamente un alimento, sustituir por otro del mismo grupo y volver a ofrecer pasadas unas semanas.

– No todos los bebés tienen que pasar obligatoriamente por la fase de papillas. Es posible pasar de la lactancia materna a alimentos sólidos directamente, pero habrá que individualizar y contar con las preferencias de los padres y la aceptación del bebé. A partir de los 6 meses los niños presentan una masticación vertical, con movimientos hacia arriba y hacia abajo que les permiten deshacer o triturar los alimentos, y a partir de los 7- 8 adquieren la capacidad de movilización lateral de la lengua y dirigir hacia atrás el bolo alimenticio para tragarlo. A partir de estas edades, será entonces cuando podremos ofrecerles trozos y experimenten nuevas texturas (galleta, pan, patata, verduras blandas…) y progresar poco a poco en la alimentación. Lo ideal, si se puede, combinar ambas técnicas.

A partir del año:

La mayoría de niños pueden comer lo mismo que los padres, exceptuando comidas picantes o muy especiadas y bebidas gasificadas, excitantes o energéticas.

Las leches de crecimiento, de seguimiento, junior o leches 3, son productos alimenticios destinados a la alimentación de los niños mayores de un año como parte de una dieta diversificada.

Los alimentos fritos se deben cocinar a alta temperatura y durante muy poco tiempo de fritura.

Evitar el exceso de alimentos azucarados, en especial la bollería industrial y los zumos. Si tiene sed ofrecer agua entre comidas.

Todos los días deben comer fruta, verdura, cereales (mejor integrales) y proteínas (carne, pescado, huevo o legumbres).

Ofrecer al menos 4 comidas al día.

No ofrecer frutos secos a menores de 3 años por riesgo de atragantamiento, ningún problema si son triturados en las papillas por ejemplo.

Fuentes: Última actualización de la Sociedad Europea de gastroenterología (ESPGHAN).