¿Qué es la fiebre?
La fiebre es una elevación de la temperatura normal del cuerpo: más de 38ºC si la medimos en el recto o más de 37,5ºC si la medimos en la axila.
La fiebre es un síntoma, no una enfermedad. Es un mecanismo de defensa del cuerpo contra los agentes externos. Por ello la fiebre no hay que tratarla siempre, sólo si produce dolor o malestar. Así que si un niño esta con fiebre pero esta contento y jugando, no debe preocuparnos demasiado y no hará falta tratarla. Por lo tanto la fiebre no es mala, no está relacionada con daños en el cerebro hasta que no llega a 42ºC o más.
Los síntomas que podemos observar en un niño con fiebre serán: brillo en los ojos, sensación de frío o escalofríos, aumento de la frecuencia respiratoria (taquipnea) o cardiaca (taquicardia) y baja actividad.
La causa más frecuente en los niños es una infección vírica, sobretodo en los menores de 3 años, y en segundo lugar la bacteriana. Aunque también existen otras causas de fiebre son mucho más raras.
¿Qué debemos hacer en casa?
Primero comprobar con un termómetro si efectivamente tiene fiebre, no vale con palpar la frente.
Mantenga una temperatura ambiental agradable. No ponga mucha ropa al niño. Se puede dar un baño de agua templada, no fría.
Ofrézcale abundantes lÃquidos sin forzar. De esta manera recuperaremos las pérdidas por el exceso de temperatura y prevendremos la deshidratación.
Si la fiebre es alta o el niño está molesto, puede darle antitérmicos (paracetamol o ibuprofeno) para bajarla y que se encuentre mejor. Recordad, los antitérmicos no curan, alivian síntomas. En caso de que vomite, si ha pasado menos de 15 min puede volver a darle la misma dosis.
Ibuprofeno en mayores de 6 meses. Paracetamol a cualquier edad. Sus dosis se calculan en función del peso, no de la edad. Consulte con su pediatra si tiene dudas. Y recuerda, no se debe usar ácido acetil salicílico (Aspirina®).
No es recomendable usar dos antitérmicos a la vez o de forma alternante. Sólo se usará de esta manera si su médico se lo indica.
Los antibióticos no son útiles para tratar la fiebre ni infecciones víricas.
¿Cuándo debo ir al pediatra?
Si el niño tiene menos de 3 meses de edad, siempre.
Si la fiebre dura más de 48h, simplemente para evaluar y ver si es alguna enfermedad que precise de tratamiento. En niños pequeños (<3 años) la mayoría de las infecciones son víricas y NO SE TRATAN CON NADA. A veces no aparecen más síntomas que la fiebre en las primeras horas, en este caso, si el niño está con buen estado general el pediatra os dirá que hay que esperar y ser de nuevo reevaluado más adelante.
Si rechaza los líquidos.
Si el niño está muy irritable o, por el contrario, decaído o adormilado.
Si se queja de dolor de cabeza intenso y vomita varias veces.
¿Y cuándo debo ir a urgencias?
Si la temperatura alcanza los 40ºC de forma mantenida.
Si ha tenido una convulsión.
Si tiene alguna enfermedad crónica grave además de la fiebre.
Si el niño respira con dificultad.
Si aparecen manchitas rojas en la piel que no desaparecen al presionar.
Si tiene rigidez de nuca. Esto lo podéis comprobar pidiéndole al niño que se mire el ombligo con las piernas estiradas, si es incapaz o vosotros no lo conseguís, es rigidez de nuca. A veces con la fiebre se da una falsa rigidez de nuca, así que si lo hace sin fiebre, es momento de ir a urgencias.
Espero que os haya servido. Sobretodo trasmitiros tranquilidad. La fiebre no es mala, y es algo muy frecuente que vemos en los niños, más en los más pequeños, ya que su sistema inmunitario está todavía en desarrollo. De hecho, cada vez que el niño tiene contacto con nuevos antígenos (“bichitos” para que lo entendáis), va ampliando su repertorio inmunológico y creando sus células memoria y anticuerpos para que más adelante tenga una respuesta más rápida y eficaz.