Pues bien, si ya sabemos que nuestro niño cumple más o menos lo que vimos en el post anterior y tiene entre 2-3 años quizá podamos intentarlo.
¿Y cómo lo hacemos? Empezaremos explicándole al niño lo que queremos hacer y nuestro objetivo final “que haga pipí como los mayores”, se le indicará que al principio le costará y se orinará encima pero con la ayuda de los papás lo conseguirá. Después de explicarle bien todo y comprobar que lo ha entendido podemos ir a comprar el orinal con él, o bien un adaptador para el váter. Si nos decidimos por el adaptador, será conveniente comprar también una banquetita para reposar los pies. Los niños aprenden mucho por imitación así que no estaría mal que nos acompañaran al baño para que se acostumbrara con normalidad.
Si es posible, iniciaremos el proceso con el buen tiempo, por aquello de la ropa ligera y que les sea más fácil el aprendizaje y también es buena opción con el inicio de la guardería.
Durante el día no le pondremos pañales para que se note cuándo se ha hecho pis. Durante la noche lo seguirá llevando. Le sentaremos en el orinal cada 2-3 h o después de las comidas tras ingerir abundantes líquidos para aumentar sus ganas de orinar. No más de 3-5 minutos. Evitar distracciones con juegos o la TV.
Alabadle cuando lo hace bien, pero no reñidle ni enfadarse cuando no lo consiga, decidle que ya lo conseguirá más adelante y explicadle de nuevo dónde se tiene que hacer. Poco a poco le enseñaremos también cómo usar el papel higiénico, tirar de la cadena y lavarse las manos.
Finalmente, si va a la guarde es importante que se sigan las mismas pautas. ¿Y si se niegan a aprender? No pasa nada, se intentará de nuevo más adelante.
¡¡Ánimo!! ¡A por un día seco!